Autismo presenta diferentes niveles de funcionalidad
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San José, Costa Rica. Noviembre, 2014.
Las personas que presentan el Trastorno de Espectro Autista (TEA) pueden experimentar diferentes niveles de funcionamiento, los cuales van desde los que requieren un mínimo apoyo para su adaptación y pueden estar perfectamente incluidos en centros educativos regulares y a nivel laboral, hasta los que necesitan 24 horas de acompañamiento y apoyo.
El TEA es una disfunción neurológica crónica con fuerte base genética, que desde edades tempranas se manifiesta en una serie de síntomas basados en una tríada de trastornos en la interacción social, comunicación y falta de flexibilidad en el razonamiento y comportamientos.
“Es una condición que se presenta desde el nacimiento y perdura toda la vida. Si puede haber cambios en las manifestaciones de los síntomas, pero esto dependerá de la estimulación, acompañamiento y terapias a las cuales los niños o niñas sean sometidos”, comentó Gabriela Espinoza Cruz.
El diagnóstico debe ser realizado por un equipo de profesionales capacitados y con experiencia en este trastorno, entre los que se encuentran neurólogos, neurodesarrollistas, neuropsicólogo/a , psiquiatras y psicólogos/as capacitados.
Cada profesional contará con sus herramientas e instrumentos para realizar la adecuada evaluación; sin embargo, es fundamental el trabajo en equipo, donde cada uno aporte sus criterios para completar el respectivo diagnóstico.
Sintomatología
El Trastorno del Espectro Autista presenta dificultades en las siguientes áreas:
Interacción social alterada: dificultad para establecer contacto visual, expresiones y gestos limitados, lo que se traduce a veces en una especie de sordera selectiva, ya que no suelen reaccionar cuando se les llama por su nombre. Se muestra falta de habilidad para iniciar o participar en juegos con otros niños o adultos, juegos en solitario, respuesta inapropiada en las relaciones sociales formales
Comunicación verbal y no verbal alterada: No usan el lenguaje verbal y/o corporal como comunicación funcional, incluso puede existir mutismo en los casos más graves. Algunos niños inician el desarrollo del lenguaje en el primer año de vida, pero pueden sufrir una regresión a partir del segundo año y perderlo. Otros, en cambio, sufren retrasos generalizados en todos los aspectos del lenguaje y de la comunicación (no compensan con gestos o mímica). Cuando el lenguaje está presente existe alteración importante de la capacidad para iniciar o mantener una conversación: ecolalia, confusión de pronombres personales (se refieren a ellos mismos en segunda o tercera persona), repetición verbal de frases o alrededor de un tema particular y anormalidades de la prosodia. Utilizan un lenguaje estereotipado y repetitivo.
Restricción de intereses y comportamientos estereotipados y repetitivos: Preocupaciones absorbentes por uno o más patrones estereotipados y restrictivos de interés que resultan anormales en su intensidad o en su contenido. Es común la insistencia exagerada en una misma actividad, rutinas o rituales específicos. Tienen escasa tolerancia a los cambio de dichas rutinas. Suelen adquirir manierismos motores estereotipados y repetitivos como sacudir o girar las manos o dedos, o movimientos complejos de todo el cuerpo.
También pueden presentar otros síntomas como:
Respuestas inusuales a los estímulos: Percepción selectiva de determinados sonidos que se traduce en no responder a voces humanas o a su propio nombre y en cambio son extremadamente sensibles a ciertos sonidos, incluso considerados suaves para la mayoría. De igual forma ocurre con determinados estímulos visuales, táctiles, de olor o sabor. Esto se traduce a veces en trastornos de la alimentación por su preferencia o rechazo a determinados sabores o texturas, o rechazo a determinadas prendas de vestir por el color y tacto. A veces disfunción grave de la sensación del dolor que puede enmascarar problemas médicos como fracturas
Trastorno del comportamiento: A veces muestran dificultad para centrar la atención en determinados temas o actividades que no han sido elegidos por ellos mismos. Algunos niños suelen ser considerados hiperactivos o con problemas de déficit de atención, llegando incluso a niveles significativos de ansiedad. Otros responden a los cambios o frustraciones con agresividad o auto-agresión
Habilidades sociales: Algunos niños pueden mostrar habilidades especiales en áreas concretas sensoriales, de memoria, cálculo, y otras, que pueden hacer que destaquen en temas como por ejemplo, música, arte o matemáticas