San José, Costa Rica. Febrero, 2015.
Medicamentos ansiolíticos, hipnóticos, analgésicos opiáceos, antidepresivos, antiepilépticos, antiparkinson, antipsicóticos, antihistamínicos, colirios oftálmicos y relajantes musculares, entre otros, podrían jugarle una mala pasada al conducir su vehículo.
Según la Dra. Diana Spencer, médico general del Hospital Clínica Bíblica, “existe una gran diversidad de medicamentos que pueden tener efectos adversos y alteran la capacidad al manejar, por lo que se recomienda siempre consultar al médico y la etiqueta para verificar los efectos secundarios”.
Alteración de la visión, somnolencia, mareos, temblor, reducción de la atención y pérdida de conocimiento, son algunos de los efectos secundarios que pueden jugarle una mala pasada cuando está frente al volante. Los mecanismos generales, a través de los cuales un determinado medicamento podría afectar al conductor, se pueden agrupar así:
- Somnolencia o efecto sedante (el 20% de los accidentes de circulación ocurren porque las personas se duermen).
- Reducción de los reflejos y aumento del tiempo de reacción.
- Mareos y náuseas.
- Alteración de la percepción de las distancias.
- Hiperactividad e hiperreactividad.
- Alteraciones oftalmológicas como visión borrosa, así como trastornos de la audición.
- Estados de confusión y aturdimiento.
- Alteraciones musculares de carácter agudo (espasmos, calambres, incoordinación motora, etc.)
- Disminución de la atención.
[alert]
Algunos medicamentos y suplementos indicados por el médico tratante podrían causar una variedad de reacciones, que podría hacer más difícil conducir un automóvil con seguridad.
[/alert]
Está en nosotros está prevenir
Siguiendo estas recomendaciones, se podría reducir el riesgo de un accidente por al consumo de medicamentos con efecto secundaros:
- Planifique los viajes, procure ir acompañado y evite la conducción nocturna.
- Mantenga los horarios habituales de descanso, comidas y tomas de medicación.
- Procure conducir en recorridos conocidos, evitando las horas pico, los trayectos complicados y las condiciones climatológicas adversas (niebla, nieve, lluvia, tormentas, etc).
- Evite maniobras forzadas, adelantamientos arriesgados e innecesarios, y períodos de conducción ininterrumpida superiores a una hora.
- Evite situaciones de estrés y fatiga: viajes largos, falta de sueño.
- Si necesita gafas o utiliza audífono, acuda a las revisiones periódicas para que sus niveles de visión y audición sean los óptimos.
Los principales problemas patológicos que pueden interferir, en mayor o menor grado, con la capacidad de conducción pueden resumirse en:
- Cualquier tipo de epilepsia y, en general, los trastornos convulsivos (origen de muchos accidentes).
- Trastornos psiquiátricos: depresión, angustia, esquizofrenia, ansiedad generalizada, etc. Este tipo de patologías provocan en el paciente pérdida de reflejos, ideas extrañas o peligrosas e inestabilidad emocional. En muchos casos la causa radica en el efecto sedante de sus tratamientos.
- Enfermedad de Parkinson.
- Demencias tipo Alzheimer
- Trastornos del sueño (hipersomnia, insomnio, etc).
- Alteraciones graves visuales y/o auditivas (incluidos vértigos).
- Alteraciones en el aparato locomotor: rigidez articular y dolores musculares que dificultan una adecuada postura de conducción.
- Enfermedades cardiovasculares: hipertensión arterial no controlada, infartos.
- Trastornos endocrino-metabólicos: diabetes (por su riesgo de hipoglucemias que provocan mareo y pérdida de conocimiento en el conductor), hipo e hipertiroidismo, etc.
Para mayor información o revisión médica puede llamar al número 2522-1000, o al correo electrónico citas@clinicabiblica.com, también vía chat en el sitio web www.clinicabiblica.com