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Guía de Soluciones de Salud (Blog)
San José, Costa Rica. Abril 2020.
La especialista en nutrición, health coach especializada en nutrición describe que los trastornos alimentarios, en la mayoría de ocasiones, se asocia con la población más joven. Es algo que tiende a surgir a los 20 años o desde la adolescencia, pero cada vez se ve que son más los casos en hombres, mujeres y adultos mayores. Actualmente, se cuenta con un incremento muy fuerte en personas mayores de 30 años y de 60 años.
Los adultos mayores presentan síntomas igual que las personas de menos edad; sin embargo, esto es un problema que los acompaña diariamente. Para definirlo de mejor manera, el desequilibrio alimenticio es cuando una persona tiene una mala alimentación asociada con una preocupación excesiva por su aspecto físico y por el peso que tengan.
Esto es dañino para cualquier persona a cualquier edad, pero las adultas mayores van a tener más desventajas en la absorción de nutrientes. Si a esto se le suma que está teniendo una baja ingesta o que se estimulan la purga, ya sea que utilicen algún tipo de fármaco o laxante, tendrán mayor problema aún porque todos los órganos dependen de esta ingesta de vitaminas y minerales. Los órganos ya van a estar más sensibles y van a acabando en todos sus sistemas.
Este tipo de síntomas que se pueden identificar, en general se parecen muchísimo a los que presentan los adolescentes, pero vamos a identificar tres diferencias:
El 80 % de los casos de trastornos alimenticios en adultos mayores se deben a la hiporexia, pero con respecto a la anorexia, ellos presentan las mismas conductas que los más jóvenes, por ejemplo:
En la bulimia, los adultos mayores presentan un mayor riesgo de enfermedades cardiacas debido a la misma convulsión que esto les está generando. Esto es curioso, ya que les cuesta más expresarse y van a tener muchos de estos rituales, en general, presentarán muchas sensaciones como mayor rigidez alimentaria. Esto no solo lo pueden presentar en el momento, sino que la mayoría de las personas adultas mayores creen que los problemas alimentarios se deben al proceso de envejecimiento y por esto cuesta mucho hacer el diagnóstico. El mayor problema es que presenta mayores factores de depresión.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Personas que tienen comportamientos muy rígidos o comportamientos alimentarios muy rígidos, como es común que quienes hayan padecido de anorexia o bulimia vuelvan a padecerlo mucho tiempo después.
También, puede ser que no lo haya presentado antes, pero que siempre estuviera muy enfocada en su peso, haciendo ejercicios de forma extrema, controlando los carbohidratos, haciendo dietas, pero no se ve como una sintomatología grupal que se pueda clasificar como un problema mental. En adultos mayores, tendremos todo esto y algún disparador muy relacionado con la depresión, algún trastorno o conflicto que, a nivel estresante, desencadene en ellos esta actividad. Por ejemplo:
La completa recuperación siempre es posible a cualquier edad, pero lo que se necesita no se logra con un solo profesional, es un trabajo interdisciplinario porque debe atacarse desde varios lados; así que no se trata solo de darles comida. Son personas que requerirán asistencia médica, se trabaja con antidepresivos, con productos que les ayuden a tener mayor apetito, la parte nutricional en el que se trabajan con diferentes tipos de comidas, comidas que les recuerden a su infancia.
En este caso, todos pasan por ayuda psicológica, nutricional, médica, deportiva y hasta de apoyo para que sepan que aún son útiles y sigan haciendo las cosas que hacían antes.
Fuente: Licda. Ana Paula Robledo