San José, Costa Rica. Junio 2021.
El Pterigión, carnosidad o “catarata externa”, es un crecimiento anormal, del tejido que recubre al ojo, llamado conjuntiva. Este crecimiento suele presentarse en forma de ala, y puede ocurrir en la parte interna del ojo, así como, en la externa o, incluso, en ambos lados a la vez.
El pterigión suele ser una bolita pequeña amarillenta que, conforme pasa el tiempo, va creciendo y extendiéndose, cada vez más, sobre la córnea (que es el lente transparente ubicado sobre el ojo).
En algunos casos, podría hasta tapar la pupila (la parte negra del ojo, por donde pasan los rayos de luz).
El crecimiento de este tejido es estimulado por la exposición a los rayos ultravioleta del sol, al viento, al polvo, así como a cambios bruscos de temperatura y aire acondicionado, entre muchos otros factores.
Los síntomas son variables y van desde enrojecimiento, inflamación o, sensaciones como de basurita en el ojo, comezón o picazón y dolor hasta alteraciones graves como: cambios en la graduación del ojo.
Cuando crecen hasta tapar la pupila pueden producir baja visual e, incluso, ceguera.
Afortunadamente el crecimiento suele ser lento, lo que permite mejorar los síntomas y tratarlo, adecuadamente, si es diagnosticado a tiempo.
Si es un pterigión pequeño que produce irritación y ojo rojo se puede tratar con lágrimas artificiales y frio local por medio de pañitos de agua fría, lo cual disminuye las molestias y reduce la inflamación. Además, es recomendado, el uso de anteojos oscuros con filtros para rayos ultravioleta -siempre que se exponga al sol- inclusive en días nublados. Cuando son estéticamente molestos para el paciente, muy sintomáticos o cuando ya producen cambios en la visión, el único tratamiento efectivo es la cirugía, con un procedimiento 100% ambulatorio.
La prevención, como siempre, es el factor más importante y esto lo logramos por medio del uso de lentes oscuros, evitar el aire acondicionado directo sobre los ojos, y también, protegernos, si vamos a lugares con mucho polvo. El uso constante de lágrimas artificiales y la revisión anual con el oftalmólogo, quien analizará el estado visual, y si hay o no necesidad de otro tipo de manejo, es lo recomendado.
Dra. Karla Olivia Van Dick Sánchez
Médico, Cirujano, Oftalmólogo
Subespecialista en Glaucoma
GVS Oftalmología