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Vida de Padres (Blog)
San José, Costa Rica. Marzo, 2017.
La estimulación temprana favorece a que el niño aprenda a desarrollarse y hacer las cosas por sí mismo. Es una destreza que se aprende de manera natural en los primeros años de vida, pues el bebé comienza a “hablar” o a comunicarse.
“Los padres son los principales colaboradores para estimular y desarrollar el lenguaje de los niños desde el inicio de su aparición. Una adecuado ambiente en el cual se promueva la comunicación oral, se le permita al niño la expresión de emociones y necesidades a través de sonidos y palabras son las bases de la estimulación temprana en el habla de los niños. Aprovechar cada momento de la vida diaria para motivar al niño a comunicarse y el hablarle constantemente refuerza las conductas comunicativas y le demuestran la importancia de comunicarse oralmente y no solo a través de gestos o señas” señaló la Dra. Andrea Acuña Flores, terapeuta del Lenguaje y Voz.
Para que el lenguaje se desarrolle existen dos factores necesarios: la maduración biológica y las influencias ambientales. El primero está ligado a los órganos que intervienen en el habla, esos capaces de emitir sonidos, frases y palabras; y el segundo se refiere a la necesidad de ser estimulado. Cuando se le habla al bebé, él se dará cuenta que necesita aprender a hacerlo para comunicarse con quienes le rodean.
La Dra. Andrea Acuña indica “Es de suma importancia hablarle mucho a los niños, preguntándoles por sus preferencias y actividades favoritas”. A continuación algunos consejos para estimular el lenguaje:
Al llegar a su casa preguntarle por todas las actividades que realizó durante el día. Aprovechar cualquier ocasión (como las tareas de la casa, la observación de las prendas de vestir en el armario, los muebles de una habitación, o los colores de las flores) para hablar con el niño/a y permitir que él sea partícipe de la conversación.
Recuerde utilizar un vocabulario amplio con el niño, evitando los diminutivos innecesarios en las palabras y evitando una pronunciación inadecuada de las mismas.
Preferiblemente utilice preguntas abiertas y no cerradas (que no impliquen respuesta sí o no) para que el niño mejore su comprensión del lenguaje y tenga la necesidad de utilizar el vocabulario aprendido.
A la pregunta ¿Cómo identificar si mi hijo presenta problemas a la hora de hablar? La Dra. Acuña explica: “El desarrollo del lenguaje va evolucionando de sonidos como balbuceos (aguuu), sílabas (da, da, da) luego la aplicación de estos sonidos a palabras (mamá) y por último la utilización de estas palabras en oraciones (mamá linda), esto último va evolucionando en complejidad conforme a la edad y se van modificando según el contexto de la conversación.
A la edad de tres años el niño debe tener un vocabulario amplio de alrededor unas 500 a 1000 palabras. Además de utilizar oraciones simples (Quiero mi pelota roja, La galleta esta rica). A esta edad logra seguir instrucciones semi complejas y entender en su mayoría lo que se le dice. Podemos esperar que logre pronunciar bien las palabras con /p/, /b/, /t/,/n/, /m/, /d/, /g/, /f/, /k/ y /j/ .
En resumidas cuentas háblele, háblele y háblele a su hijo. Y permita que él hable, hable y hable más.”
Todos los días sirven para un constante aprendizaje. Sea paciente con su hijo cuando se acerca para contarte algo. Dale la oportunidad de hacerlo a su ritmo y no lo interrumpa.
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